“…Y es una de las razones principales por las que el estigma relacionado con el VIH es tan fuerte (Earnshaw, Smith, Chaudoir, Rivet Amico & Copenhaver, 2013;Earnshaw, Lang, Lippitt, Jin & Chaudoir, 2015;Nyblade, 2006). Tomando como base la conceptualización general de Link y Phelan (2001) e integrando los aportes de otros autores (Berger, Ferrans & Lashley, 2001;Deacon, 2006;Earnshaw et al, 2013;Hatzenbuehler, Phelan & Link, 2013;Herek, Capitanio & Widaman, 2002;Link & Phelan, 2006;Ogden & Nyblade, 2005), es posible definir al estigma relacionado con el VIH como la ocurrencia simultánea, en el marco de relaciones sociales de poder, de etiquetamiento, estereotipación y separación grupal, acompañados de emocionalidad negativa, dirigida a personas por el hecho de vivir con VIH. Esto ocurre debido a la construcción del VIH como una marca desprestigiante o indeseable o un atributo negativamente valorado, en un contexto socio-cultural dado, que resulta en devaluación y descrédito de la identidad, pérdida de estatus y no aceptación social plena, desventaja social de las personas con VIH y, finalmente, discriminación, rechazo y exclusión de las mismas.…”