El estudio de los procedimientos que posibilitan la salida de las víctimas de la violencia sigue siendo de actualidad. Por lo tanto, en este documento, se analizan los procesos involucrados para poner fin a la violencia. Ya en la década de 1970, tanto la violencia hacia las mujeres como la violencia practicada por la pareja íntima se reconocieron a modo de problemas sociales reales y se convirtieron en temas centrales de la agenda política europea, situación que fue tomada como prioritaria gracias a los movimientos feministas. Desde entonces, estudiar la violencia ha sido todo un desafío. En 1997, la violencia doméstica se convirtió en tema de atención pública en Bélgica cuando la ley introdujo la noción de delito grave en el caso de agresiones intencionales contra un cónyuge o excónyuge. En 2006, la posición de Bélgica contra la violencia doméstica se fortaleció con la adopción de la política de cero tolerancias (Melan, 2017). A partir de estas leyes, las investigaciones acerca de las víctimas que abandonan relaciones violentas han ido en aumento (Hendy et al., 2003; Offermans y Kacenekenbogen, 2010; Catallo et al., 2013) y es notorio que los estudios se enfocan casi exclusivamente en mujeres víctimas. Los estudios sobre hombres maltratados y sus trayectorias siguen siendo escasos (Jaillet y Vanneste, 2017).