“…Otra propuesta similar son los programas de inmersión que tienen su origen en Canadá, donde los alumnos cuya L1 era inglés, recibían gran parte de la formación en francés (L2) (Murphy, & Evangelou, 2016). El éxito de estos programas de inmersión corrobora que es posible alcanzar un alto dominio de una LE si se empieza a una edad temprana, siempre y cuando se promuevan situaciones de aprendizaje que simulen los procesos naturales de adquisición de lenguas, ya que como sugiere Dolean (2015), los programas de inmersión en la etapa de Infantil pueden ayudar a los niños a adquirir destrezas en la LE, no siendo necesario aprender la LE de forma explícita. En este sentido, investigaciones recientes demuestran cómo la puesta en marcha de programas bilingües en Infantil no suponen ningún perjuicio para la L1 de los aprendices, sino todo lo contrario (Elvin, Maagero, & Simonsen, 2007;Kersten, 2015).…”