“…Por otro lado, a diferencia de la arquitectura x86, los procesadores ARM fueron concebidos teniendo en cuenta como pilar fundamental la eficiencia energética (Cristea et al, 2019;Pramanik et al, 2019), relegando en parte capacidad de cálculo (Ginny et al, 2020;Bhat et al, 2019) ya que estaban orientados a ser utilizados en móviles y microdispositivos alimentados mayormente por baterías. Estos equipos disponen de grandes lapsos de inactividad durante sus periodos de recarga, por lo que, si su capacidad se maneja adecuadamente, pueden ser reutilizados para convertirse en centros de datos masivos, consumiendo solo una fracción de la energía y otorgar una potencia informática similar a la de sus contrapartes (Gedawy et al, 2020;Barua y Mondal, 2019;Lavoie y Hendren, 2019;Hirsch et al, 2018;Schaffner et al, 2018;Mach y Becvar, 2017) En este trabajo, se tomó el sistema desarrollado (Petrocelli et al, 2019;) y se migró a una arquitectura de microservicios, lo que permitió que sus funciones fueran fragmentadas en servicios más pequeños y con responsabilidades mejor definidas (Hassan et al, 2020). A su vez, se integró una arquitectura de contenedores (Watada et al, 2020;Vayghan et al, 2019), específicamente Docker (Rad et al, 2017.…”