“…Estudios previos sugieren que la infestación por muérdago es mayor en áreas verdes urbanas que en bosques naturales (Cid-Villamil, 2006; Díaz-Limón, Cano-Santana y Queijeiro-Bolaños, 2016; Maruyama, Mendes-Rodiguez, Alves-Silva y Cunha, 2012). Esto puede deberse a que en las ciudades los suelos compactos y carentes de nutrientes, la contaminación atmosférica y los daños asociados al vandalismo, son factores que disminuyen la vitalidad del arbolado y lo hacen vulnerable al ataque de plagas y enfermedades, como la infestación por muérdago (Cid-Villamil y Bye, 1998; Maruyama et al, 2012;Zaragoza-Hernández et al, 2015). Es posible que, en comparación con la vegetación árida natural distribuida en la meseta central del estado de Aguascalientes (Siqueiros-Delgado et al, 2017), en donde se sitúa la ciudad del mismo nombre, estos factores sumados al riego continuo generen un ambiente más adecuado para el desarrollo de C. loniceroides causando que este muérdago, al menos por ahora, se encuentre restringido al PRLG.…”