El uso de bioinsumos en las prácticas agrícolas ha aumentado en los últimos años dada la crisis socioambiental que se vive en los países en vía de desarrollo, siendo una alternativa que surge en respuesta a la necesidad de cambiar los productos agroquímicos por productos sostenibles, y así evitar impactos negativos en el medio ambiente. Colombia, un país con vocación agrícola, no se queda atrás. En la actualidad, existen registrados ante el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) aproximadamente 375 productos de tipo bioinsumos, de los cuales 174 son formulaciones con base en microorganismos, que se aplican en diferentes sistemas productivos y que evidencian mecanismos de acción diversos. Esta revisión analizó el estado actual del uso de estos bioinsumos microbianos en el país. Se encontró que principalmente se usan bioplaguicidas, y que la mayoría de las formulaciones, independientemente del tipo de bioinsumo, usan bacterias como principales microorganismos, siendo los géneros más comunes Azotobacter sp., Bacillus sp., Burkholderia sp., Lactobacillus sp. y Pseudomonas sp. Además, se encontró que el principal uso de estos bioinsumos se ha orientado a los sistemas productivos como frutales y cereales. Esto coincide con la encuesta nacional agropecuaria realizada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) en 2019, donde se informó que la mayor producción agrícola se concentra justamente en este tipo de cultivos. De acuerdo con esto, se puede concluir que el uso de bioinsumos como alternativa frente a las prácticas agrícolas convencionales ha venido aumentando en el país, convirtiéndose no sólo en una estrategia que promueve la sostenibilidad, sino también en una oportunidad para el desarrollo biotecnológico.