“…En abril del 2021, la transmisión y expansión del COVID-19 en los centros penitenciarios ha sido preocupante, ya que se habían convertido en lugares propicios para la propagación del virus, tal como se plasmó en otros países, debido a ello el acceso de personas externas, como los asesores jurídicos, estaba limitado en los establecimientos penitenciarios. De un total de 2,186 personas, entre internos y personal penitenciario, 242 arrojaron positivo en la prueba molecular, lo que representa un 11 % de tasa de ataque (Vargas et al, 2021).…”