“…De hecho, en las TI, debido a la probable infección reciente o cambio de la fase aguda a crónica, el grado de inmunosupresión es menor; mientras que las VI, por su mayor edad, mayor tiempo de enfermedad y resistencia del parásito a ser eliminado con tratamiento farmacológico, se encuentran en fase crónica, en la cual la inmunosupresión es mayor. El efecto inmunosupresor de F. hepatica se explica por los múltiples papeles que juegan los antígenos parasitarios en la evasión e inmunomodulación ejercida por el parásito (Flynn et al, 2010 Gironenes et al, 2007), poniendo de manifiesto diferencias interespecíficas, así como entre infecciones agudas y crónicas. Así, por ejemplo, en ganado vacuno infectado se produce una elevada respuesta a mitógenos con producción de IFN-γ en fases agudas, mientras que en fases crónicas cae tanto la respuesta a mitógenos como la producción de IFN-γ (Clery et al, 1996 En el presente estudio, tal como se esperaba, los animales controles (CNI) no mostraron respuesta proliferativa a los estímulos específicos por carecer de exposición previa, mientras que los animales infectados (TI y VI) mostraron una respuesta muy baja, siendo las TI las que mostraron una respuesta superior.…”