“…Se ha observado que pacientes con COVID-19 coinfectados con VHC han presentado una mayor trombocitopenia (168 (IQR 108-268) vs 233 (IQR 181-300) x109/L, p = 0,002) y un mayor ratio AST/ALT (1.5 (1.22.2) vs 1.1 (0.8-5.0), p = 0,001), un indicador de cirrosis y daño hepático (130) . Además, León y col. encontraron que la coinfección de SARS-CoV-2 y VHC parece modular la respuesta inmune de citoquinas, dado que en comparación con pacientes COVID-19, pacientes COVID-19 coinfectados con VHC presentaban una recuperación más lenta, menores niveles de IL-6 (p = 0,001), IL-17 (p = 0,0001) y TNF-a (p = 0,05), y una mayor carga viral de SARS-CoV-2, aumentando por lo tanto la probabilidad de complicaciones en la enfermedad (125) . Soportando lo anterior, en un estudio realizado por Cerbu y col. con el propósito de evaluar el riesgo de disfunción hepática en pacientes con infección activa de VHC, los autores encontraron que al comparar la proporción de pacientes con COVID-19 severo en los grupos con infección de VHC activa (n = 31) o no activa (n =95), existía una prevalencia estadísticamente significativa en el grupo con infección activa de VHC (32,2 vs. 7,3%, χ2 = 12.40, p = 0,0004) (126) .…”