“…A partir de ello, la difusión del conocimiento científico, se comenzó a posicionar como un discurso confiable, cercano a la "verdad", muy distinto a la retórica de la cotidianeidad, de la política partidista o de la publicidad (Gooch, Vasalou, & Benton, 2017;Hyland, 2011;Lillis, 2003). Sin embargo, tal vez por una mercantilización del quehacer científico, este discurso sufre de cuestionamientos que socavan, en cierto sentido, el mismo carácter científico: prácticas que se adoptan en la divulgación del conocimiento científico a partir de las acciones realizadas por algunas editoriales, journals, entidades académicas, e investigadores 3 .…”