“…Se han descrito los efectos de la contaminación ambiental sobre la morbimortalidad cardiovascular y pueden explicarse por aumentos en el fibrinógeno y factores inflamatorios circulantes que conducen a hiperviscosidad sanguínea y trastornos de la coagulación; también, cambios en la regulación del sistema nervioso autónomo del corazón y variabilidad del ritmo cardíaco. Además, la exposición crónica a los agentes contaminantes ambientales, especialmente el humo, afecta negativamente la frecuencia cardiaca y reduce la autorregulación vagal cardíaca en adultos jóvenes sanos, especialmente mujeres (7).…”