“…Es imperativo poner atención en el limitado control de la burocracia internacional y de las instituciones supranacionales, el cual depende -entre otros aspectos-del nivel de corrupción y la estabilidad democrática de los Estados-nación. Desde la creación de la Organización de las Naciones Unidas, la Organización Internacional del Trabajo, la Organización Mundial del Comercio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la Corte Penal Internacional, entre otras instituciones supranacionales y organizaciones no gubernamentales internacionales, se han emitido decenas de declaraciones, resoluciones y sentencias, que son lineamientos sobre los que se basan tanto las Constituciones de los Estados-nación, como los parámetros para facilitar un proceso de integración global más justo, solidario y equitativo (Vallejo Zamudio, 2018).…”