“…Asimismo, algunos estudios en consumidores de esta sustancia han encontrado alteraciones en la impulsividad indicando comportamientos desinhibidos (Michel y Lang, 2003), toma de decisiones impulsivas (Dassanayake et al, 2012;Lane, Tcheremissine, Lieving, Nouvion, y Cherek, 2005), y déficits en la inhibición de respuesta (Acheson, Reynolds, Richards, y de Wit, 2006). Distintos modelos teóricos sobre adicción han señala-do la impulsividad como un marcador de vulnerabilidad de gran relevancia en la explicación de los procesos adictivos, tanto para explicar el inicio como el mantenimiento del consumo de drogas (Adan, 2002, Arce y Santisteban, 2006Cano-Cervantes, Araque-Serrano, y Cándido-Ortiz, 2011;Cortés-Tomás, Giménez-Costa, Motos-Sellés, y Cadaveira-Mahía, 2014;Gullo, Loxton, y Dawe, 2014;Navas, Torres, Cándido, y Perales, 2014;Pattij y De Vries, 2013). El estudio de la impulsividad ha venido marcado por la utilización de al menos dos abordajes relativamente independientes: (i) estudio de la impulsividad cognitiva, a través del uso de pruebas neuropsicológicas y (ii) estudio de la impulsividad como rasgo de personalidad, a través del uso de medidas de autoinforme (Dougherty, Mathias, Marsh-Richard, Nouvion, y Dawes, 2008;Evenden, 1999;Perry y Carroll, 2008).…”