There is a growing concern about the role of the university in the education of international development professionals. For a number of actors, it should play a central role in order to move current managerial trends in the international development sector towards a more transformative and reflective practice of international development projects management. In the paper, we depart from the idea that postgraduate courses can promote the emergence of more critical and reflective professionals, if they assume participation as a key issue in the curricula and in the methodological approach.
We will deep into a particular case study, a Master in development management in the Universitat Politècnica de València. We will see how participation is considered at different levels, as a key pedagogical strategy, for the emergence competences for a reflective and transformative practice of international cooperation. We will also see the outputs of this Master in terms of the learning experienced by students in this regards, and we will address the limitations and opportunities that the Master faces in its strategy. Results are built on interviews to students, teachers and other relevant stakeholders, as well as in the results of external and internal evaluations and reports on the Master's performance.
Keywords
2016, Universitat Politècnica de ValènciaCongreso IN-RED (2016) En el ámbito de la gestión del desarrollo, existe un intenso debate sobre el rol de la formación superior en la educación de profesionales del desarrollo, que conecta con reflexiones más profundas acerca de qué capacidades son necesarias para la gestión del desarrollo, y cómo pueden desarrollarse en un proceso de educación formal (Clarke y Oswald, 2010).Existe en esta discusión una corriente crítica, que comprende autores que opinan que la tendencia mayoritaria en la formación en gestión del desarrollo internacional está dominada por una perspectiva puramente instrumental y poco crítica. Esta perspectiva se sostendría en una visión de la educación puramente racionalista, que entiende que los procesos educativos son procesos lineales de adquisición y aplicación de conocimiento. Esta visión se sustentaría además en una fe ciega en las bondades de la modernización y en la posibilidad de controlar el cambio social mediante los instrumentos adecuados (Johnson y Thomas, 2007). Como Peris et al. (2013) mencionan, esta perspectiva hace que los procesos educativos se centren en proveer a los estudiantes de instrumentos tecnocráticos de gestión, de modo que tengan las herramientas para alcanzar de manera eficiente objetivos prefijados de desarrollo mediante una secuencia lineal de pasos, o al menos mediante una planificación estricta (Clarke and Oswald, 2010). Para los críticos, esta perspectiva, que se puede llamar gerencial, ve problemas complejos y profundamente políticos como son los del desarrollo como problemas puramente técnicos y de gestion. Ve a su vez a los profesionales del desarrollo como simples técnicos que deben ofrecer soluciones raci...