La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana es una enfermedad requiere un control y seguimiento estricto para una adecuada evolución. El virus se puede transmitir de una madre seropositiva al feto durante el embarazo, el parto o la lactancia materna. En pacientes embarazadas, el diagnóstico previo o nuevo de infección es esencial para el inicio temprano de tratamiento antirretroviral, además de controles prenatales periódicos para verificar su cumplimiento con las pruebas inmunológicas y virales. Las pruebas diagnósticas en el paciente pediátrico varían según la edad del paciente. Actualmente se recomienda la terapia antirretroviral para todos los niños y adolescentes con infección.