“…y 7,5 %, solución de dextrosa al 10; 20 y 50 %[13].La terapia con fluidos intravenosos pertenece al área de medicina intensiva y está recomendada en condiciones clínicas significativas, debido a que esta vía la dispersión rápida del agua y electrolitos en una dosis precisa[14], pero se recomienda un buen manejo antiséptico de las soluciones y del catéter intravenoso, porque al ser contaminados de microorganismos patógenos existe un alto riesgo de infección al paciente si es que estas bacterias son filtradas en cavidades o fluidos corporales, por lo que el empleo de productos estériles y no reutilizables se considera la mejor opción[7].En Medicina Veterinaria se justifica la reutilización de fluidos intravenosos al ahorro de recursos económicos y la prevención de desechos hospitalarios[15], por lo que la reutilización de las mismas bolsas de soluciones intravenosas en distintos pacientes se ha vuelto una práctica diaria común en los hospitales y clínicas veterinarias aumentado el riesgo de infección en los pacientes[16,17].En una investigación realizada por Díaz y Rubio,[2] donde se evaluó la tasa de contaminación en tres soluciones intravenosas en un periodo de 72 h en condiciones clínicas de un entorno veterinario, se obtuvo un crecimiento nulo de bacterias en medios de cultivos estándar.En una investigación similar en Medicina Humana, las soluciones se colocaron en 2 ubicaciones, en la sala de emergencia y en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) durante 11 días, donde se punzaron las bolsas 3 veces al día con una aguja estéril para simular el uso clínico y se tomaron muestras del punto de punción y de la solución, alcanzando el mayor índice de contaminación del puerto de inyección (31,1 %) al día 7, y la contaminación de fluidos al 2 y 4 día, verificando que la mayor contaminación se dio en la sala de emergencia[15].…”