“…Considerando los resultados del análisis descriptivo de la muestra en su conjunto, Tabla 2, aunque por su tamaño no se generaliza para el alto rendimiento de competición masculino en balonmano, se puede afirmar que las secuencias de ataque en igualdad numérica finalizan preferentemente en la distancia intermedia, definida como tal la distancia entre 6 y 9 m. (51,1% de las secuencias), lo cual coincide con las conclusiones de Lasierra (2017) y Lozano (2014), más recientemente Ferrari et al (2022) registran un porcentaje del 71,49% de secuencias entre 6 y 9 m. que confirma esta descripción. Igualmente se puede concluir que muy frecuentemente existe oposición, 87,9% de las ocasiones, producièndose contacto con al menos un defensor en el 63.2% de las ocasiones y encontrándose algún oponente en proximidad cuando no llega a existir contacto en un 13,2% de los registros, en este sentido Del Rosal (2012) constata en su estudio que un 84,8% de los lanzamientos se producen en contacto con el defensor, cuestión que parece entendible dada la densidad de jugadores en el espacio útil del ataque posicional, máxime si la distancia más frecuente es la intermedia, lo que también tiene su explicación en el juego ya que la capacidad de ser eficaz desde distancias mayores a 9 m. no es habitual y las posibilidades de superar totalmente los sistemas defensivos, generalmente situados en las líneas de progresión a portería, está muy dificultada ante la especial atención que le conceden los defensores a evitar las penetraciones y pases interiores.…”