“…Los rellenos faciales se utilizan para corregir las líneas de expresión, las depresiones congénitas o adquiridas de los tejidos blandos, los defectos postquirúrgicos y para el remplazo de volumen. [1][2][3][4] Éstos se pueden recomendar como tratamiento para pacientes que buscan un rejuvenecimiento no invasivo; sin embargo, conforme más se usan, los eventos adversos aumentan. 5 La Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos (ASPS, por sus siglas en inglés) reporta que, en los Estados Unidos de Norteamérica, en 2018, los rellenos faciales fueron utilizados en 810,240 pacientes, 6 lo que hace a este procedimiento no quirúrgico el segundo más frecuente, después de la aplicación de la toxina botulínica.…”