El fandom ha venido creando narrativas e imágenes alternativas para expandir obras literarias, cinematográficas y videojuegos, fomentando una transmedialidad participativa como la defendida por Robert Pratten. Esto permite a los usuarios desarrollar tramas sugeridas o inexistentes, incluyendo relaciones amorosas entre personajes que van desde la heteronormatividad hasta lo homoerótico. Con la inteligencia artificial generativa, este fenómeno se ha intensificado, especialmente en casos como Harry Potter o Crepúsculo, donde el realismo logrado por esta tecnología está generando adhesiones y exploraciones creativas que enriquecen las historias originales.