“…Estos últimos se continúan usando dado que poseen tres características muy interesantes: producción muy barata, tinte muy fuerte y una buena estabilidad química (Downham y Collins, 2000;Oreopoulou et al, 2009). No obstante, los colorantes sintéticos, si bien son muy versátiles en la industria alimentaria se han hallado en varios estudios que presentan una correlación positiva entre el consumo de los mismos y diversas alteraciones en la salud como: la hiperactividad (Bateman et al, 2004;McCann et al, 2007;Oplatowska-Stachowiak y Elliott, 2015), los defectos en el ADN (Khan et al, 2020), las reacciones alérgicas dermatológicas (Bateman et al, 2004;Panachiyil et al, 2019), la interacción con proteínas (Basu Y Suresh Kumar, 2015; Shahabadi et al, 2017;Wang et al, 2019) (Wopara et al, 2021).…”