Este artículo presenta un estudio de caso de una mujer que emigró de la selva brasileña a Barcelona hace diecisiete años, y su camino para convertirse en una curandera que trabaja con ayahuasca, kambó (veneno de rana) y sananga (colirio herbal). Se discuten las nociones de autenticidad, communitas y autoatención. Sostenemos que el chamanismo, la religión y la salud son procesos fluidos y dinámicos que influyen, absorben e interactúan con el entorno. Explorar las compatibilidades entre creencias y prácticas de diferentes tradiciones mezcladas con enfoques biomédicos nos ayuda a ampliar nuestra comprensión de las relaciones entre religión o espiritualidad, salud y bienestar. Concluimos este manuscrito con una propuesta de contribución por parte de la antropología médica a los desafíos que el complejo fenómeno de la ayahuasca está planteando con la globalización de sus prácticas.