La mentalización ha sido conceptualizada como aquella actividad mental imaginativa que nos habilita para percibir e interpretar el comportamiento humano en términos de estados mentales intencionales, como lo son los pensamientos, sentimientos, necesidades, deseos, creencias, propósitos y razones. Es concebida como una forma de cognición social, un logro del desarrollo, anclado en la historia de relaciones tempranas del bebé con sus primeros cuidadores, estrechamente vinculada con el apego y con las vivencias traumáticas tempranas (Allen y Fonagy, 2002; Bateman y Fonagy, 2004Fonagy, 1991; Fonagy, Gergely, Jurist y Target, 2002). El origen del término se remonta a autores clásicos del psicoanálisis, como winnicott (1971) y su concepto de espacio transicional, y ha tenido un profuso desarrollo en Francia con autores como Lecours y Bouchard (1997); en Inglaterra con la teoría del pensamiento de Bion (1957) y en autores vinculados con la filosofía de la mente. Para Dennett (1987Dennett ( , 2013, los seres humanos desarrollan lo que