“…Otra consecuencia importante de la presión sindical en el mercado de trabajo español es la tendencia a comprimir la dispersión salarial. Las diferencias salariales entre trabajadores, regiones y sectores se redujeron notablemente, por lo menos durante los años setenta y ochenta, como se ha podido constatar en diversos trabajos que han tratado de estudiar esta cuestión desde diversos puntos de vista (Davis y Haltinwanger, 1991;Lorences et al, 1995;Blau y Kahn, 1999;Palacio y Simón, 2004;Izquierdo y Lacuesta, 2006;Simón et al, 2006;Bande et al, 2007;Simón, 2010a;Simón, 2010b, y Cuadrado et al, 2011 ). Una consecuencia directa de la escasa dispersión salarial es que, combinada con altas tasas de desempleo, se convierte en un factor disuasorio de la movilidad laboral, lo cual a su vez influye negativamente sobre la eficiencia de la asignación de los recursos (Sánchez Molinero, 1999).…”