Actor-network theory and the analysis of technoscience developed by Javier Echeverría (2003)
RESUMEN:La teoría del actor-red y el análisis de la tecnociencia desarrollado por Javier Echeverría (2003) presentan múltiples puntos comunes, pero también importantes divergencias. Mientras que el análisis de la tecnociencia responde al intento filosófico de clasificar y caracterizar las modalidades de práctica científico-tecnoló-gica contemporánea, el conjunto de herramientas metodológicas de la teoría del actor-red trae al primer plano el desorden oculto tras la ordenada apariencia de la tecnociencia, la contemporánea y la de épocas pasadas. Sin embargo, la teoría del actor-red se muestra útil para describir las complejas redes tejidas por centros de investigación, instituciones, universidades y empresas, y los productos resultantes de las mismas en términos de orden natural y social. En este trabajo caracterizamos someramente tanto la teoría del actorred como la tecnociencia, para identificar de qué modo ambas, pese a sus diferencias, pueden beneficiarse mutuamente.
PALABRAS CLAVE:Estudios sobre ciencia, tecnociencia, teoría del actor-red.
TEORÍA DEL ACTOR-RED Y TECNOCIENCIA: EL GIRO
HACIA LA PRÁCTICA EN LOS ESTUDIOS DE CIENCIA Y TECNOLOGÍALa teoría del actor-red (actor-network theory o ANT) 1 se origina en los años setenta y ochenta del pasado siglo XX como un desarrollo en el dinámico panorama de los estudios sociales sobre ciencia y tecnología del momento. La sociología del conocimiento científico de Edimburgo y Bath, la antropología de laboratorio y los nuevos enfoques en historia de la ciencia y la tecnología son el contexto en el que aparecen en París los primeros casos de estudio con la metodología del actor-red. Bruno Latour (1988) y Michel Callon (1986) analizan ejemplos tan variados como Pasteur y las vieiras de la bahía de St. Brieuc para ofrecer las características de lo que John Law (2007) 2 denomina la versión ortodoxa de ANT, aquella que se desarrolló fundamentalmente durante los años noventa.La revolución en los estudios sobre la ciencia y la tecnología había aparecido ligada al imperativo de buscar la explicación del contenido de la ciencia en su "contexto social". Una ideología política determinada, cierto interés econó-mico o algún arraigado prejuicio eran el tipo de factores que se rastreaban para explicar la génesis y legitimación de las teorías científicas. Para dar cuenta de la construcción de la naturaleza, defendía la revolución constructivista, es necesario apelar a la sociedad. Sin embargo, algunos autores se mostraron insatisfechos con esta "sociología de lo social" y argumentaron que el "contexto social" no tiene una fuerza explicativa real; porque, al contrario de lo que se defendía y practicaba en Edimburgo o en Bath, lo natural y lo social se "coproducen" mutuamente.Este cambio de rumbo tuvo como influencias, entre otras, el estudio de los sistemas sociotécnicos desarrollado por Thomas Hughes (1983), en el que elementos organizati-