“…Afectan a ovinos y caprinos transmitiéndose naturalmente entre ambas especies (Narayan et al, 1980;Pepin et al, 1998;Jolly et al, 1989;Minguijon et al, 2015) y pueden producir cuatro formas clínicas clásicas: pulmonar, nerviosa, mamaria y articular. La forma pulmonar se caracteriza histopatológicamente por neumonía del tipo intersticial, notorio incremento de tamaño visceral, acompañado de disnea y caquexia; la forma nerviosa se produce en animales jóvenes, entre 2 y 3 meses presentando una encefalitis linfocítica con o sin afección medular y los animales se muestran atáxicos; en la glándula mamaria se produce una mastitis intersticial con fibrosis, reducción de la producción láctea y el endurecimiento del tejido; por último la forma articular se caracteriza por una proliferación de la membrana sinovial en capas que causa un engrosamiento artrítico con erosión de las superficies articulares, principalmente carpos, que produce rengueras crónicas, menor consumo, producción e incluso postración del animal (Narayan et al, 1980;Minguijon et al, 2015;De Souza, 2015;Zink y Jonhnson, 1994). La artritis crónica se observa principalmente en animales mayores de un año (Jones et al, 1997;Smith y Sherman, 1994;Radostits et al, 2002).…”