“…Esta tendencia se ha reforzado durante la reciente crisis financiera. Céspedes, Chang y Velasco (2013) argumentan que en América Latina la estabilidad del tipo de cambio nominal es un objetivo de la política monetaria sin que los bancos centrales lo declaran explícitamente (véase también Canales- Kriljenko, 2003;Hüfner, 2004;bis, 2005;Mántey, 2009;Mimbrera, 2011;Rosas-Rojas, 2011;Capraro y Perrotini, 2012). La tasa de interés a muy corto plazo elegida por los bancos centrales para implementar la política monetaria, no responde solo a las brechas de inflación (inflation-gap) y de producto (outputgap), como es prescrito por el modelo canónico de Objetivo de Inflación (véase Svensson, 1999;Svensson, 2010;Svensson and Woodford, 2005;Woodford, 2003), sino que está también afectada por la evolución del mercado de divisas y las tentativas de señalar a los operadores financieros la decisión de tomar el tipo de cambio como ancla nominal.…”