“…Sin embargo, como el resto de anticoagulantes, presenta un riesgo de sangrado estimado en 0,6% y 1,8-8% a dosis profilácticas y terapéuticas respectivamente (5,6) . Como resultado, se ha observado un aumento de la incidencia de hematomas intestinales en pediatría, tanto por el efecto anticoagulante, que ha aumentado la tasa de hematomas espontáneos, como por el riesgo de punción directa de un asa intestinal durante la administración subcutánea, produciendo un hematoma traumático (5,7) .…”