Este artículo examina la producción y negociación del uso y apropiación del agua entre los campesinos de la cuenca hidrográfica de Majes-Colca en el sur peruano, en donde la administración pública del agua inició en 2011 un proceso de formalización de los derechos de uso para agua potable. Mientras un proyecto de irrigación de gran escala canaliza el agua de las cabeceras a la agricultura de exportación en el desierto, la provisión de agua se va haciendo más escasa debido al cambio climático. La ley peruana de recursos hídricos de 2009 reconoce al agua como propiedad pública, pero enfatiza su valor económico y alienta la inversión privada. Los campesinos en la sierra ven al agua no solo como un recurso, sino como una fuerza dadora de vida proporcionada por los seres montaña a los humanos que viven en sus dominios. El artículo considera la apropiación del agua como un proceso dinámico y la «comunalización» como algo plasmado por las prácticas de la crianza, y sostiene que las formas condicionales de propiedad hidráulica emergen a partir de las relaciones de reciprocidad entre humanos y seres no humanos. Estos son modos de apropiación que sobrepasan las dicotomías de privado-público, bienes comunes-mercancía y sujeto-objeto.