“…Una de las razones del éxito de estos iconos es que a los individuos les gusta atribuir característi-cas humanas a los objetos, proceso conocido como "antropomorfismo", y que genera una respuesta afectiva hacia los productos con independencia de sus atributos restantes (Delbaere, McQuarrie & Phillips, 2011;Landwehr, McGill & Herrmann, 2011). Por otra parte, las asociaciones que evoca el personaje de marca suelen trasladarse a la imagen que los individuos tienen del producto (Keller, 2008;De Iulio, 2010), impactan en las experiencias afectivas y sensoriales del consumidor (Delgado et al, 2013) e incluso generan sentimientos de comunidad en los miembros de una organización (Cayla, 2013).…”