resumen: El origen de los conjuntos de tipo acrópolis de patrón triádico se remonta al periodo Preclásico Tardío, extendiéndose más de mil años en la tradición arquitectónica de las Tierras Bajas mayas. Su contenido simbólico dio pauta para la formación de complejos espacios urbanos junto a los conjuntos de tipo Grupo E y los patios para el juego de pelota, integrando el núcleo cívico-ceremonial de las ciudades. Asimismo, su persistencia cronológica es evidencia de abruptos cambios estructurales y funcionales a finales del periodo Clásico. En base a esto se pretende analizar su papel como un elemento arquitectónico especializado respecto al ordenamiento urbano de los antiguos asentamientos mayas, dentro del marco de la "arquitectura del poder".