“…El atentado fue rápidamente condenado por parte de la comunidad política internacional y dio lugar a la celebración de varias manifestaciones ciudadanas que convirtieron el lema «Je suis Charlie» en un homenaje a las víctimas y un símbolo de la libertad de expresión. Entre las múltiples imágenes y textos que circularon después del atentado, los cuales han sido objeto de varios análisis académicos (Leone, 2015;Wolska-Zogata, 2015;Gustafson y Kenix, 2016;Gómez-Domínguez et al, 2017;Al Nashmi, 2018;Eko y Hellmueller, 2018;Giaxoglou, 2018;Payne, 2018;Jenkins y Tandoc, 2019;Niemeyer, 2019;Johansson y Laippala, 2020), encontramos también las imágenes elaboradas por los propios dibujantes en homenaje a sus compañeros de profesión muertos durante el atentado. Este corpus de imágenes no ha recibido demasiada atención académica 2 , a pesar de su importancia en un caso como este, el cual nos permite observar de primera mano cómo responden los dibujantes a un ataque directo contra su propio trabajo bajo la forma radical de un asesinato.…”