Este artículo muestra que la ética del discurso en versión de la ética cordis contribuye a mantener una actitud crítica de discernimiento ante las tecnologías de la inteligencia artificial. Propone distinguir entre opinión pública y razón pública, para destacar el sentido crítico del uso público de la razón en la línea de Kant, Rawls, Habermas y Cortina. Y afrontar las dificultades para ejercer la razón pública en la era digital: impacto de la inteligencia artificial en la comunicación, hiperconectitividad, datificación, “panóptico digital” y la espiral del silencio, que ponen en peligro el uso de la razón y la intimidad personal