La formulación de la teoría del movimiento browniano en términos de un proceso estocástico [1,2,3], ha sido aplicado a una variedad de sistemas físicos, químicos, biológicos, a las matemáticas financieras e incursionado en otros terrenos como la medicina, la fisología y otros más. El concepto general de una partícula browniana, inicialmente atrapada en un estado metaestable y capaz de escapar de dicho estado mediante fluctuaciones térmicas (suministrada por un baño térmico de temperatura T ), puede describir una gran variedad de fenómenos en diferentes campos de la ciencia como por ejemplo, el estudio de las reacciones químicas, la migración de ligandos en biomoléculas [4,5], el transporte electrónico en semiconductores, difusión de impurezas unidas en una red cristalina armónica, resonancia estocástica, etc. Debemos resaltar desde luego el excelente artículo de revisión de P. Hänggi et al. [6], sobre el problema de escape de un estado metaestable, con el título Reaction-rate theory: fifty years after Kramers, en el que se presenta una excelente información histórica así como información relevante sobre el tema. El problema de escape de un estado metaestable tuvo sus inicios con el estudio de las tasas o velocidades de reacción en reacciones químicas a finales del siglo XIX. Fue Svante Arrhenius [7] quien, después de un análisis empírico de varios datos de tasas de reacción, concluyó que