Los imperios coloniales jugaron un papel importante en la historia del Capitaloceno a través de la apropiación y explotación de los recursos naturales baratos, de la mano de obra y las energías baratas del mundo extraeuropeo, pero también por su producción de las naturalezas capitalizadas dentro de él, y, más ampliamente su coproducción de un mundo ecológico caracterizado por intercambios económicos y ecológicos desiguales a escala global. Basado en una problemática resultante del trabajo de Jason Moore, una reinterpretación de la historiografía existente y un trabajo de archivo, este artículo muestra que, si bien es esclarecedor comprender la historia de los combustibles fósiles, los bosques y las plantaciones de Argelia (1830-1962) y de Vietnam (1858-1954) en términos de ecología-mundo, su contribución al desarrollo de la ecología-mundo debe examinarse a la luz de las especificidades de cada colonia y de cada sector.
En primer lugar, hay que matizar la hipótesis de una producción colonial de combustibles fósiles que sería sistemáticamente barata y destinada a los centros capitalistas occidentales de la ecología-mundo, no correspondiendo esta hipótesis ni al carbón argelino (caro y usado localmente) ni a los hidrocarburos argelinos (caros y exportados principalmente a Francia) ni al carbón vietnamita (barato pero exportado al sudeste asiático). Entonces, la historia conjunta de las plantaciones de caucho vietnamitas y la agricultura colonial argelina revela una capacidad desigual y nunca absoluta de los colonizadores franceses, siempre dependientes de las condiciones ecológicas locales, para crear naturalezas capitalizadas que generen productos tropicales baratos. Finalmente, el estudio combinado de la explotación colonial de los recursos forestales en Argelia y Vietnam permite mostrar hasta qué punto el ecologismo manifestado por los colonizadores franceses, en particular el de las administraciones forestales coloniales, no obstaculizó la producción. Para la ecología-mundo, este análisis, evidentemente, merecería ser profundizado por nuevos estudios de caso, pero constituye, sin embargo, un primer vistazo a la compleja inserción histórica de las colonias francesas en el mundo ecológico.