“…Según los estudios disponibles realizados a nivel internacional, europeo o nacional, la reconversión ecológica, que implica el cierre o la reducción de ciertos sectores de actividad y el desarrollo de otros, debería arrojar un saldo positivo en términos de empleo en 2020, 2030 y 2050 (ADEME, 2013;OIT, 2013OIT, y 2018Quirion, 2013;Horbach, Rennings y Sommerfeld, 2015;Montt et al, 2018); en efecto, las actividades económicas que habrá que desarrollar (aislamiento de edificios, energías renovables, transportes colectivos) tienen un coeficiente de empleo mucho más elevado que aquellas cuyo volumen habría que reducir. La reconversión ecológica será, sin embargo, un proceso extremadamente delicado que deberá contar con poderosos mecanismos de seguridad a fin de evitar que lo que se asemeja a una enorme reestructuración no se traduzca en la exclusión del mercado de trabajo de una gran parte de los trabajadores empleados en los sectores con mayores emisiones de gas de efecto invernadero.…”