“…Augst 2000Augst , 2009García Padrón 2007;Morera 2007, Hernández Arocha / Batista Rodríguez / Hernández Socas 2011; Martín Padilla 2015); frente a estos últimos, el modelo familiar ofrece evidencia morfofonológica (lingüística) directa de la organización del léxico y esquiva así el escollo metodológico que suponen, con frecuencia, los tests indirectos de elicitación de datos que avalan la existencia cognitiva de relaciones semánticas (Rohlfing 2014: 11-29). Por otro lado, estas macroestructuras morfosemánticas comparten con los modelos citados la evidencia psicolingüística que se refleja en ámbitos tan dispares como el del reconocimiento de léxico, el family size effect (De Jong / Schreuder / Baayen 2000), el de la estructura de la memoria y el acceso léxico (Mulder / Dijkstra / Schreuder / Baayen 2014) o, incluso, el del cambio diacrónico y su correspondiente creación, concurrencia y pérdida léxicas (Splett 2009;Pena 2011;Hernández Arocha 2014).…”