En 1820, cuando la monarquía española volvió a ser liberal, la política hacia Hispanoamérica se hizo más conciliadora que en la etapa anterior. Los gobiernos del Trienio Liberal trataron de mantener unidos los territorios de la monarquía, ofreciendo a los americanos tratados de paz y de reconciliación a cambio de aceptar la Constitución de 1812. Los intentos de pacificación supusieron la firma de armisticios temporales durante el bienio 1820-1821, pero los años de guerra habían convencido a los hispanoamericanos del sentido de su lucha por la libertad. De este modo, a pesar de que la vuelta al sistema constitucional en la metrópoli propició el entorno político adecuado para desarrollar el liberalismo, no fue suficiente para cubrir las aspiraciones de los americanos. Estos estuvieron dispuestos a la negociación con la España del Trienio Liberal pero siempre desde la exigencia del reconocimiento a su independencia. El presente trabajo analiza estas cuestiones a partir de tres estudios detallados relativos a Colombia, Perú y México, donde se firmaron tratados de alto el fuego y regularización de la guerra durante los dos primeros años del Trienio Liberal: el armisticio firmado en Trujillo por Bolívar y Morillo en noviembre de 1820, las negociaciones de Punchauca entre San Martín y La Serna de mayo de 1821, y el tratado de Córdoba rubricado por Iturbide y O’Donojú en agosto de ese mismo año. A pesar de las diferencias entre ellos, se puede concluir que las ideas y las formas de actuar de los negociadores americanos ayudaron a construir un consenso entre sus posiciones. Por su parte, el liberalismo español no fue capaz de comprender que la revolución política, que en España suponía constitucionalizar la monarquía, en América suponía la independencia.