En el presente trabajo se defiende que todo diálogo intercultural debe ser simétrico. Para que esto sea posible es necesaria una decolonialidad epistémica, una ruptura con el eurocentrismo y un reconocimiento del enorme y diverso mosaico cultural que existe en el Sur global. A través de las propuestas de Fornet-Betancourt, Walsh y Tubino se indaga en modelos de interculturalidad crítica y se reconocen, a la vez, aportaciones del pensamiento emancipador latinoamericano. Se concluye que el diálogo para ser simétrico, por un lado, debe tomar en cuenta la huella que ejercen las condiciones múltiples de dominio y dependencia; por el otro, debe abrirse a la diversidad cultural y epistémica de sus interlocutores. Finalmente, se sostiene que el pensamiento intercultural crítico y decolonial latinoamericano también tiene que hacer su propia autocrítica.