“…1). En efecto, los especímenes guardados pueden ser el objeto de estudio en investigaciones de taxonomía, sistemática (Kemp, 2015;Rocha et al, 2014;Wen, Ickert-Bond, Appelhans, Dorr & Funk, 2015), cladística, fisiología, morfología (Castillo-Figueroa & Pérez-Torres, 2018), ecología y biogeografía (Davy, 2005;Rocha et al, 2014), evolución, medicina (Suarez & Tsutsui, 2004), bioquímica (Pyke & Ehrlich, 2010) y estudios moleculares, entre otros (Springer, 2019;Swing et al, 2014). Su re-análisis en el tiempo, utilizando nuevos instrumentos y técnicas, a menudo suele proporcionar nuevos datos y conocimientos a partir de ejemplares ya estudiados (Darrigran, 2012;Swing et al, 2014).…”