“…La cotorra argentina es considerada una especie invasora y se registró por primera vez en México en 1999, en el Estado de México. Actualmente se ha dispersado a diferentes áreas de dicho estado (Muñoz-Jiménez & Alcántara-Carbajal, 2017), así como a otras partes de la República Mexicana, como Oaxaca (Pablo-López, 2009), Querétaro (Pineda-López & Malagamba, 2011), Puebla, Chiapas, Michoacán, Guanajuato (MacGregor-Fors et al, 2011), Baja California Sur (Guerrero-Cárdenas, 2012, Morelos (Jiménez et al, 2013), Chihuahua (Soto-Cruz et al, 2014), Veracruz (Ramírez-Bastida et al, 2015, Guerrero (Almazán-Núñez et al, 2015), Coahuila (Romero-Figueroa et al, 2017), Hidalgo (Zuria et al, 2017), Aguascalientes, Baja California, Campeche, Colima, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas (Enciclovida, 2017). La invasión de dicha especie en México es debido principalmente a la importación de ejemplares de Sudamérica para su venta como mascotas y su posterior escape o liberación (MacGregor-Fors et al, 2011).…”