“…Para las parejas, por su parte, el hecho de pertenecer a una sociedad de consumo las ha llevado a cuestionar el amor para toda la vida, al punto que esta frase ha dejado de tener sentido, así, el mientras dure cada vez cobra más fuerza, pues está apoyada en la independencia y libertad, esto es, que el proyecto de pareja es paralelo al proyecto individual y que hay la posibilidad de romper el vínculo cuando el amor se acabe o si el bienestar personal es vulnerado, lo que no sería posible con un hijo de por medio, ya que este requiere de ese compromiso para toda la vida; asimismo, en tanto un hijo representa una dedicación completa, esto implicaría un pérdida en la atención y satisfacción de los bienes y servicios de consumo personales y de pareja, es decir en la adquisición de objetos materiales o tangibles y vivencias de experiencias, por ejemplo, los viajes u otras intangibles, respectivamente (Barimboim et al, 2013;Benavides-Ocampo et al, 2021;Martínez, 2006).…”