A lo largo de la historia, se ha demostrado que la educación es el pilar fundamental para que las sociedades puedan desarrollarse de manera óptima y competitiva. La importancia de la presencia de un entorno educativo optimo radica explícitamente en la posibilidad de superar las barreras de la pobreza, promoviendo de este modo el desarrollo sostenible. Por otro lado, y del mismo modo, resulta de vital importancia forjar el aspecto emocional a la par del aspecto educativo. En este contexto, la educación emocional resulta de vital importancia, puesto que, mediante esta, se pueden crear profesionales resilientes, capaces de afrontar múltiples dificultades con determinación, lo cual, directamente desencadena en la creación de competitividad social en todos los aspectos.
Palabras claves: entorno educativo, educación, desarrollo sostenible, profesionales.