“…Por consiguiente, en coherencia con Simões y Yañes (2019), Pulido y Olivera (2018), enseñar a reconocer al ambiente como un sujeto de derechos, contribuir a la sostenibilidad del planeta, así como velar por los intereses comunes que permitan la permanencia del ser humano y de las demás especies en la tierra, entre otras cuestiones, son desafíos para la EA, que necesariamente hay que vincular con procesos de formación ciudadana como sostienen Esteban et al (2019), Moreno y García (2018) y Sauvé (2017). Mejor aún, de acuerdo con Georgiou et al (2021), se requiere de una educación para la ciudadanía ambiental que tiene como objetivo: [...] dotar a los estudiantes con un corpus coherente de conocimientos, habilidades, valores, actitudes y comportamientos activos, con el fin de actuar a favor del medio ambiente, como «agentes de cambio», así como ayudarlos a comprender la urgencia de los problemas ambientales e integrar las acciones proambientales en el núcleo de sus expresiones de participación política y ciudadanía ambiental (p. 4).…”