“…A pesar de estas limitaciones, los hallazgos de este estudio sugieren que, aunque una muerte traumática como, por ejemplo, una muerte en un atentado terrorista, incrementa la gravedad de las reacciones de duelo y la probabilidad de sufrir duelo complicado, este duelo complicado es similar al duelo complicado que pueden sufrir las personas tras una muerte no traumática, al menos a nivel sintomatológico y a nivel de los síntomas simultáneos de TEPT que también pueden aparecer. Desde el punto de vista aplicado, la principal implicación de estos hallazgos es que, dejando al margen los otros trastornos psicológicos comórbidos que pueden presentar los dolientes, los tratamientos utilizados para tratar exitosamente a los dolientes con duelo complicado tras una muerte no traumática como, por ejemplo, algunos de los recogidos en las revisiones de la literatura científica (11,12) , es razonable que también tengan una buena probabilidad de éxito con los dolientes con duelo complicado tras una muerte traumática.…”