[PROVISIONAL]
En un contexto de globalización (Rodrik, 2011), sobre todo, de los procesos económicos, pero también de los sociopolíticos, comunicativos o actitudinales, nuestra ciudadanía está teniendo que hacer frente a décadas de incertidumbre, inseguridad creciente y crisis de expectativas (Beck, 2002). Además, en la última década y media, nuestras sociedades encadenan impactos serios en su bienestar y en sus horizontes vitales sin tiempo para recuperarse de las sucesivas crisis: primero, la financiera y sus duros ajustes (Kahler y Lake, 2013; Streeck y Schäfer, 2013), más recientemente la sanitaria producida por la COVID-19 y sus consecuencias y, sin solución de continuidad, la profunda herida abierta por el choque de Rusia con Occidente en el escenario bélico ucraniano.