“…(p. 16) Según este autor (íbídem), pero también para otros, como Lledó y Martínez ( 2005), Calvo y Manteca (2016), Fernández-Sierra (2017) y Fagundes y Saraiva (2019), el tránsito de la educación primaria a la educación secundaria es un punto de inflexión vital y académico que puede acabar definiendo tanto a corto como a largo plazo toda la trayectoria académica del alumnado, ya sea este autóctono o extranjero. Así, este tránsito no solo supone en el alumnado un salto académico interetapas y el paso a un sistema pedagógico, didáctico y evaluativo más exigente y asignaturizado (San Fabian-Maroto, 1999;Cano-Hila, Sánchez-Martí y Massot-Lafón, 2016;Fagundes y Saraiva, 2019;Azorín-Abellán, 2019;García-Gracia, y Sánchez Gelabert, 2020), que puede ser clave y convertirse en uno de los pilares básicos del rendimiento y del éxito académicos, sino que, fundamentalmente, señala el tránsito de la niñez a la adultez, lo que no solo implica la búsqueda de la identidad, sino también la necesidad de una mayor independencia y, en muchos casos, nuevos intereses antes desconocidos (Fabuel, 2015;Azorín-Abellán, 2019).…”