Mi experiencia de más de 25 años como profesor de español en colegios, liceos y universidades de Senegal me ha permitido observar un problema de gran envergadura en la enseñanza de una lengua extranjera: la falta de motivación de los alumnos. Muchos de ellos piensan que aprender una nueva lengua no es útil bien porque hablan ya su lengua materna y el francés, bien porque consideran que dicho aprendizaje es demasiado complicado para ellos. Ante este hecho, el papel del profesor no sólo consiste en proporcionar o divulgar un saber, sino también, en estar, antes que nada, capacitado para atraer la atención de los alumnos y motivarlos para que se interesen por las lenguas y por aprenderlas. Pero ¿qué podemos hacer los profesores para que la clase de lengua extranjera sea relajada y distraída sin que esto perjudique al nivel del aprendizaje?, es decir, ¿cómo podemos motivar a los alumnos de L2 para que aprendan otra lengua, se abran a una nueva cultura y puedan convertirse en locutores bilingües o políglotas?
Estas cuestiones me llevarán, en el primer lugar, a estudiar el impacto de las lenguas en el mundo y, particularmente, en Senegal. En segundo lugar, hablaré de las diferentes formas de la motivación de los adolescentes frente al aprendizaje de una lengua extranjera. Por último, abordaré la estrategia del “enseñar deleitando como dice Philippe Meirieu en su obra Aprender sí, pero ¿cómo?, me parece esencial hacer una simbiosis entre una buena estrategia de aprendizaje y una alta motivación de los aprendientes, dado que las condiciones de enseñanza-aprendizaje son generalmente objeto de retroalimentación en el aula de lenguas.