“…El tercer aspecto que destaca Weller (2007) es el fortalecer el espíritu emprendedor de los jóvenes, toda vez que quienes pretenden crear empresa y alcanzar una independencia laboral, presentan mayores obstáculos que los adultos que se encuentran en esta misma situación, pero dicha condición no puede ser generalizable y mucho menos la única opción para favorecer la inserción laboral, debido a que no todos los jóvenes tienen como opción crear empresa, no todos tienen conocimiento de los diversos programas que incentivan la creación de empresa (García-García, 2015), y un gran número de ellos con iniciativas como el autoempleo y el microemprendimiento, no logran una inserción laboral adecuada debido a que muchas de estas iniciativas "están ligadas a la supervivencia y la informalidad, de modo que con frecuencia no son una opción de trabajo elegida voluntariamente por los jóvenes, sino más bien una necesidad" (Weller, 2006b, p. 261). Frente a esto Llisterri, Kantis, Angelelli & Tejerina (2006) realizaron una caracterización del emprendimiento juvenil, encontrando que este es mucho más frecuente en jóvenes de hogares de ingresos bajos que en los de hogares de ingresos medios y altos; esto se origina por la necesidad de buscar mejores oportunidades, por tal motivo Llisterri et al (2006) proponen que los gobiernos deben incentivar la formación en los jóvenes emprendedores de hogares de bajos ingresos, dado que la opción no debe ser la creación de negocios, sino por el contrario continuar su educación para que de esta manera su vocación por crear empresa se vea fortalecida con conocimientos y habilidades técnicas constituidas en centros de formación técnica y universitaria.…”