“…En la mayoría de las aulas de todos los niveles educativos, incluyendo el universitario, a pesar de la incorporación de diferentes tipos de recursos educativos de entornos tecnológicos en el proceso de enseñanza y aprendizaje de las ciencias, la gestión de los conocimientos sigue desarrollándose en el marco del modelo pedagógico tradicional, prevaleciendo la transmisión de conocimientos ya acabados a través de estrategias discursivas y centrada en el o la docente (Bravo et al, 2022;Rosa, 2019;Martínez Torregrosa et al, 2012;Becerra et al, 2012). En la cultura de este modelo pedagógico, el trabajo de laboratorio se desarrolla a través de estrategias que se aproximan a un formato tipo receta, donde el estudiantado debe seguir ciertos algoritmos para llegar a una conclusión predeterminada, carente de análisis, reflexión y comprensión, situación que transmite una visión deformada de la naturaleza de la ciencia y de la forma en que se construye los conocimientos científicos, proliferando verdades inmutables e inalterables, situación que obstaculiza la comprensión profunda de los conocimientos científicos y el desarrollo de habilidades de razonamiento en el estudiantado (Bárcena y Martínez, 2022;Rosa Novalbos y Martínez Aznar, 2019;Galvis et al, 2017;Busquets et al, 2016;González y Crujeiras, 2016;Gil Pérez et al, 2008;Fernández et al, 2002).…”