“…Semejante proceso de extranjerización en este tramo del largo ciclo neoliberal no estuvo disociado de una serie de factores domésticos de atracción que ofreció ciertas ventajas de localización de la producción (en muchos casos a favor del aprovechamiento de la constelación local de recursos naturales) y los atractivos que se ofrecieron mediante diversas medidas directas e indirectas de promoción y aliento a la inversión extranjera. Se destacan, entre otras: a) la puesta en práctica de políticas de tipo horizontal, entre las que sobresalen la liberalización comercial y nanciera, la desregulación de numerosos mercados, la privatización de empresas públicas, la extrema liberalización del régimen legal con el establecimiento de mayores garantías, y bene cios para los inversionistas extranjeros, y la celebración de tratados bilaterales de inversión con cláusulas muy restrictivas para Argentina (Ghiotto, 2015;Giacchi, 2017); b) la decisión gubernamental de consolidar el Mercosur, con la consiguiente ampliación de la "demanda interna" y la posibilidad de desplegar estrategias de complementación económico-productiva entre liales radicadas en los países miembro (sobre todo en Brasil); c) la vigencia de ciertos incentivos de carácter institucional como el mencionado régimen especial de promoción a la industria automotriz, y d) la sobrevaluación de la moneda doméstica acaecida bajo la convertibilidad que en algunos sectores viabilizó la obtención de una elevada, en términos internacionales, masa de ganancia en dólares como resultado de la conversión uno a uno de los ingresos generados en los mismos.…”